La tecnología se ha acoplado a nuestras vidas como una parte imprescindible para el desarrollo de nuestras tareas fuera y dentro del hogar. Fuera de casa, es el móvil el que nos acompaña, pero dentro, el número de dispositivos sigue aumentando.
Asistentes virtuales como Alexa o Google, televisiones y altavoces, pero también cerraduras e incluso juguetes infantiles. Todos ellos forman IoT (Internet of things), el Internet de las cosas. La implantación de la domótica puede poner en peligro la seguridad de los hogares.
¿Qué es IoT?
Se define como IoT a los dispositivos que se interrelacionan entre sí a través de una red concreta sin intervención humana. Es decir, aquellos dispositivos que se conectan automáticamente entre sí (interacción M2M). La conectividad de los dispositivos hace que los datos que recogen se registren y se manden a la red. Esta situación provoca que el manejo de nuestros datos pase a manos de terceros.
La domótica
Una tecnología dentro de los IoT es la domótica, consiste en hacer inteligentes los dispositivos del hogar para lograr una automatización de la vivienda inteligente. Los dispositivos electrónicos, con el control del usuario, crean una red en la que gestionan por sí mismos la energía, la seguridad y la comunicación de la casa. Los objetos de esta red recopilan la información necesaria, la procesa y ordena en función de la petición del usuario.
La comunicación entre usuario y dispositivos y entre los propios dispositivos se hace a través de redes de comunicación. Pueden ser cableadas o inalámbricas a través de una red wifi. La tecnología Iot empieza a utilizar conexiones 5g para conectar los dispositivos a la nube de los fabricantes, lo que supone nuevos riesgos para la privacidad de los usuarios.
Hay dos principales formas de conectividad de la domótica que el usuario debe tener en cuenta:
- La conexión distribuida es directa. La conexión se transmite desde Internet al router wifi, y todos los dispositivos se conectan a él. Es el router el que directamente crea la conexión hacia la nube de cada fabricante de cada uno de los dispositivos.
- La conexión centralizada está mediada. La conexión centralizada permite desaturar la red wifi de los múltiples dispositivos. Un dispositivo externo, llamado gateway, hace de centro de comunicaciones entre los dispositivos electrónicos. De manera que los dispositivos no se conectan a la red, sino que lo hace el propio gateway. Los protocolos inalámbricos en estas comunicaciones pueden ser de distintos tipos. Son dependientes de tecnologías de conectividad inalámbrica como Zigbee o Z-wave.
La privacidad en la domótica
A pesar de que los fundamentos de la domótica son facilitar las tareas en el hogar, lo cierto es que la domótica puede vulnerar nuestra seguridad. Conlleva riesgos en la privacidad y la protección de los datos de los usuarios. La cantidad de datos que se almacenan diariamente de estos dispositivos es enorme, y el tipo de información que se puede obtener de ellos puede hacer peligrar nuestra casa.
Tratan y almacenan datos fundamentales de la vida diaria, incluidas horas de entrada y salida del hogar, y el tratamiento de imágenes y vídeos del lugar, entre otros muchos. Además, acceder a las redes de conexión no es un proceso muy complicado si no existe una codificación lo suficientemente segura, además, el tratamiento de los datos por parte de terceros empeora la seguridad de la domótica. Hay que comprobar en todo momento que los dispositivos cumplan con un mínimo de garantías que protejan al usuario de cualquier carencia en la privacidad y la protección de sus datos.
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